miércoles, 31 de agosto de 2011

MÚSICA:Como la Luz...

Como la luz fluye
como la luz
Desde el interior a fuera
desde el exterior a mi

No me sepultes
permiteme escapar
Quisiera ser instrumento de tu obra
aun en la oscuridad

Solo conciencia de servir
en vertical y horizontal

Solo una fuente
y sin que nada la obstruya
Fluyéndote, constantemente
Flúyendote, constantemente

Como la luz fluye
como la luz
desde el interior a fuera
desde el exterior a mi fluye, como la luz



La Fe...

He oído en el vestuario: “estoy perdiendo la fe”, y he permanecido en silencio guardando mi ropa en la bolsa, ensimismado por el agotamiento del entrenamiento y entonces he vuelto a oírlo: “estoy perdiendo la fe”; no, no era un lamento gratuito ni una gracieta, luego lo he comprendido, era una alarma que había saltado, una petición de ayuda, una auténtica llamada de socorro de alguien que había entrado en terrenos pantanosos, alguien que veía desvanecerse su interés por el Aikido, alguien entristecido que notaba como dejaba de llenarle el entrenamiento, alguien que se sentía defraudado y empezaba a plantearse quizá detenerse en el Camino, quizá no andarlo más, quizá no seguir adelante por más tiempo...

Tal vez a muchos nos haya pasado algo parecido en algún u otro momento, en mayor o menor medida, o tal vez nos pase en un futuro.

Tal vez sólo pueden sentirse defraudados aquellos que esperan algo, aquellos que se han marcado un objetivo, aquellos que esperan llegar a una meta, aquellos que buscan una recompensa.

Tal vez sólo pierden la fe aquellos que reducen el Aikido a una serie de entrenamientos físicos dentro del tatami, aquellos que sólo aspiran a mejorar su pericia técnica, aquellos que pensaron que se convertirían en personas poderosas y seguras cuando tuvieran colgado en su pared el diploma pertinente, aquellos que pensaron en el Aikido como una adquisición más, algo que se puede comprar y usar como un coche o un aparato de aire acondicionado.

Tal vez el entrenamiento sólo deja de llenarles a los que acuden a él para recibir algo, no para dar; a los que entran al tatami para llenarse, no para vaciarse; a los que llevan las cuentas del debe y del haber, a los que piensan que hay cosas mejores en la vida como un nuevo trabajo, unas vacaciones, una eurocopa de fútbol, el carnet de conducir...

Tal vez sólo se hunde en el terreno pantanoso de las dudas el que nunca se ha planteado que el Aikido puede transformar su persona, el que no se ha tomado la molestia de asomarse a las palabras del Fundador ni de otros iluminados, el que no se ha parado nunca unos minutos a solas para sentirse diminuto e insignificante en mitad del Todo, el que no ha sentido jamás la dicha de haber confluido hasta las aguas del Aikido.

Las personas somos como un péndulo, nos cuesta estar en el punto medio, oscilamos invariablemente de extremo a extremo. Amamos algo exacerbadamente o perdemos todo el interés y lo abandonamos irremisiblemente. Queremos entrenar todos los días cinco horas y no hablar de otra cosa o colgamos el kimono porque hemos perdido la fe.

Hay que ser valiente, hay que seguir andando, con fe o sin ella, y si alguien se reconoce en estas palabras y le sirven como un pequeño impulso hacia delante, que sepa que esa era mi intención.

Por J.A. S. Samiñán




Fuente: afamadrid

martes, 30 de agosto de 2011

Los 7 espejos del Hakama

Hace unos días volví a los entrenamientos y en un detalle habitual, cotidiano en la práctica como es el vestirse, me vino a la mente un pensamiento que me gustaría compartir con todo aquel que quiera leer este texto.

Como decía antes, estaba en el vestuario cambiándome de ropa y llegó la hora de ponerme el Hakama; según me lo iba poniendo pensé en lo que ello suponía, es decir, los valores que cada una de sus tablas significa y por tanto, el ejercicio de "responsabilidad" que conlleva el que un tiempo atrás, el Maestro decidiera , al concederme el permiso de llevarlo, que puedo ser persona adecuada para hacer de ello y con ello, un modelo de forma de vivir y de dar ejemplo a los demás...

Aprovecho para recordar sus significados y sobre todo recomendar la lectura del artículo que escribió nuestro Maestro D. Lucio Álvarez Ladera: "...Los pliegues del hakama simbolizan las siete virtudes del budo, las que han de caracterizar al verdadero bushi: jin (benevolencia), gi (honor y justicia), rei (cortesía y etiqueta), shin (sinceridad), chu (lealtad) koh (piedad, compasión) y yuki (valor, coraje)...."

Haciendo un ejercicio de autoexamen, traté de mirarme en cada una de esas tablas-pliegues como si de un espejo se tratara, tanto en su aplicación en el tatami como en la vida en la calle, en el hogar...


El ponerme a ello me sirvió para darme cuenta de lo fácil que es olvidar en muchos detalles del día a día, la esencia de sus valores y con qué "frivolidad" nos enfundamos el hakama sin atender a lo que ello significa.

Hay uno de los párrafos del mencionado artículo del Maestro que reproduzco:

"...Enfrentarse día a día a nuestras debilidades, a nuestros defectos, a la pereza física y anímica; ser capaces de arrostrar los riesgos de vencer nuestro orgullo, nuestra soberbia, nuestra intransigencia, cumpliendo con nuestra condición de samuráis (servidores) del espíritu, bushis del Camino de la Unión, eso es coraje. Cortar nuestro ego de raíz con la espada de la verdad y de la honestidad, eso es valor. Valor del bueno. Hay una máxima que dice: “Es mucho más fácil morir por nuestras ideas, que vivir de acuerdo a ellas”. No es difícil morir o matar, lo difícil es vivir en consonancia con los principios de amor y armonía completos que promulga el Aikido y que debemos seguir quienes lo practicamos...."


Con este apartado me refiero a las reflexiones sobre situaciones en las que , por un lado aceptamos nuestro Arte como resolución no agresiva de conflictos, pero en una conversación de "machotes" nos alineamos o predicamos que: ¡¡... si uno se pone a ello..:!!!!!, el aikido revienta cabezas, brazos o higadillos; o por ejemplo cuando aceptamos la bondad de entrenar con noveles o compañeros de menor nivel, pero hay momentos en los que se baja el nivel de atención o de interés porque lo que queremos es que cambie el turno y hacer ese kotegaeshi en el que el uke vuela un par de metros. Y así...seguro que muchos más momentos que invitan a actuar con esa dualidad; la sensación es algo parecida a cuando Jesús le decía a Pedro: "...me negarás tres veces..."

En mis propias carnes lo viví cuando un individuo de 50 años le rompió el labio a mi hija de 17 años en una trifulca por una tonteria...cuando me lo encontré de cara, tuve una reacción de lo peor, si no es por la Policia Local presente, no sé que hubiera pasado...Analizándolo después como aikidoka sentí vergüenza por mi reacción y actitud ante ese hecho.

A veces pienso que debería haber hakamas con pliegues de "quita y pon" y que en un autoejercicio de sinceridad, honestidad, humildad y demás valores, el aikidoka que se lo enfunde deberia sólo añadir los pliegues que se cree merecer...a lo mejor incluso, en algunos momentos, entrenar sin él por aquello de no "ningunear" su importante significado. No quiero ni pensar en una ceremonia de "degradación".

Hablando en positivo creo que el enfundarse en él también debe ayudarme a recordar esos valores y que se permita algo así como el hecho de recibir una recarga de sensaciones-valores que nos ayuden, cada vez que los miramos, a no perder la guía del camino que un día, cuando nos cedieron esa prenda, decidimos asumir y mantener el compromiso que conlleva.

Y así, como en esos espejos que al final nos devuelven quizá una imagen distorsionada y más real de la que creemos tener, se puede hacer con más conceptos-espejos donde podemos mirarnos y que nos envuelven al practicar el Aikido: el entusiasmo, la constancia, el empuje, la sencillez, etc...

Aunque a veces hablo en plural en el artículo, quiero insistir en que esto que escribo es una reflexión propia y muy personal...y que espero que, quien lo lea, así lo entienda y por supuesto no tiene porqué compartir o estar de acuerdo conmigo.

Un abrazo
(J.Ch - Musubi - octubre 2010)





lunes, 29 de agosto de 2011

Amigos virtuales

Hoy quiero hacer mío y vuestro este texto que circula en muchos sitios por la red. Un sencillo agradecimiento para l@s que pasáis por aquí, comentéis o no.

Para vosotr@s va...


Los amigos virtuales, son esas personas maravillosas, que a veces conocemos, y otras no, pero que nos acompañan, que nos dan una palabra de aliento, o simplemente, te envían un correo, con una reflexión, una flor, una frase, un chiste,que necesitas justo, en ese momento.

Esas personas, que sin conocerlas, te demuestran, que son un ser humano, igual que vos, y que sin conocerte, como lo haría un amigo de años, saben lo que necesitas, quizás,porque, a todos nos pasan cosas, buenas y no tan buenas, quizás porque en el fondo, todos los seres humanos, nos parecemos, quizás en nuestro interior, todos necesitamos, ser reconocidos, todos, en algún momento, nos sentimos solos, sin fuerzas para seguir,cuando, crees, que todo se derrumba a tu alrededor, pero ahí, aparecen, estas personas especiales, que la nueva tecnología, nos ha acercado, aunque la distancia geográfica sea grande, los sentimos tan cerca…

Estas personas, que alegran mis días, que me han hecho reflexionar, que están ahi, cuando más las necesito, los que me hacen reir, cuando mi corazón esta tan triste, que a ya no quiere continuar, me han hecho pensar, que los seres humanos, sean hombres o mujeres, no somos tan distintos, todos necesitamos del otro, que nos sostenga, que nos alegre, que nos reconozca, en fin, todos necesitamos sentirnos queridos, por eso a todas, estas bellas personas, que me acompañan en internet, gracias por estar ahí!!, siempre que los necesito, gracias, porque a pesar de las distancias, los siento cerca mío.

Este compartir, reflexiones, cadenas, chistes, información, esto que nos ha llevado a sentirnos, que siempre hay alguién con quién compartir y sobrellevar el diario vivir, aún, cuando el tiempo es poco, uno siempre tiene tiempo para leer un correo. 

Yo soy una persona creyente en Dios, y creo que por algo, él pone, a la gente en mi camino, y por eso le doy gracias, y entiendo lo que que quería decir: “Ama a tu próximo, como a ti mismo”, en definitiva, creo que el amor es el arma más poderosa y el escudo más, fuerte frente a cualquier adversidad, y ese amor,es capaz de hacer estos milagros, de gente que te mande cosas que necesitas aunque no te conozca, y en el momento justo.


FUENTE: Internet

Zen y Artes Marciales...

"... Así, el secreto de las artes marciales es aprender a dirigir el espíritu, Ryu Gi. Esto forma la base de las técnicas corporales. El espíritu debe volverse la sustancia. El espíritu es la sustancia, sin forma pero algunas veces tiene una forma. Cuando la actividad del espíritu llena todo el cosmos entero, este espíritu aprovecha las ocasiones, tiene una posibilidad de evitar los accidentes y puede atacar las diez mil cosas en una sola. 

Esto significa que, durante un combate nuestro espíritu no debe ser influenciado por ningún movimiento del adversario, por ninguna de las acciones de su cuerpo y de su espíritu. Nuestro espíritu debe dirigirse libremente, no tener la esperanza de atacar al adversario, ni dejar de prestarle atención. Se debe estar completamente atento de instante en instante.



En nuestra vida cotidiana es lo mismo. Algunas personas solo piensan en el dinero, ya que este permite satisfacer todo. Ahora bien, por él, pierden su honor. Otros solamente desean honores y pierden su dinero. Algunos se concentran solamente sobre el amor, pierden su dinero y su energía. “Pero nuestra dicha no existe de un solo lado.” 

Debemos crear nuestra vida, volvernos libres, desapegados, solamente atentos al aquí y ahora: todo se encuentra aquí. 

“El reflejo de la luna en el rió esta siempre en movimiento. Sin embargo, la luna existe y no se va de ahí.” Se queda pero se mueve. En un poema muy corto sobre el secreto del Zen y de las artes marciales, y un gran koan. La corriente del agua no vuelve nunca hacia atrás. El agua pasa, pasa... pero la luna no se mueve. Durante un combate, el espíritu tiene que ser como la luna, pero el cuerpo y el tiempo pasan, pasan como la corriente. El instante presente no vuelve jamás...."


por TAISEN DESHIMARU 

No...

No interfieras, muchas cosas se solucionan por sí mismas.
No te quejes, quien más y quien menos, todos tienen sus problemas.
No te justifiques, sólo di tu verdad tranquila y claramente.
No hables de ti mismo, aprende también a disfrutar escuchando.
No critiques, mira antes dentro de ti.
No te exhibas, basta con que tú mismo te aceptes, no hay nada que demostrar.
No busques consideración en los demás,Tu propia consideración es más que suficiente.
No te compares, siempre habrá quién sea más y quién sea menos que tú.
No estés de mal humor, una sonrisa sincera atrae la buena suerte.
No malgastes, pocas cosas necesitamos de verdad.
No contamines, ni con deshechos ni con palabras.
No perjudiques a nadie, por la noche podrás dormir a pierna suelta.
No te autoengañes, mírate de nuevo como si no te conocieras.
No te sientas bajo presión, Igualmente, cada día, saldrá el sol.
No te compadezcas a ti mismo,haz lo que debas, lo demás no está en tu mano.
No prometas nada que no puedas cumplir, decir y hacer debe ser la misma cosa.
No temas nada, acepta la realidad tal cual.
No esperes nada, sólo existe hoy, disfruta con lo tuyo.
No desees lo que no es,muévete a favor de la corriente como buen uke.
No te aferres a nada, las cosas vienen y van, de manera natural.
No dejes que la tristeza te subyugue, espera un poco y se irá como la niebla.
No pierdas la fe,tú tienes tu sitio en el Universo.
No atiendas a los halagos, apílalos en el mismo rincón que a los desprecios. 

TORI: José Samiñán
De mi compañero aikidoka "Sami"
Diciembre 2005



domingo, 28 de agosto de 2011

Solidaridad...

La palabra solidaridad proviene del sustantivo latín soliditas, que expresa la realidad homogénea de algo físicamente entero, unido, compacto, cuyas partes integrantes son de igual naturaleza.

En nuestros días, la palabra solidaridad ha recuperado popularidad y es muy común escucharla en las más de las esferas sociales. Es una palabra indudablemente positiva, que revela un interés casi universal por el bien del prójimo.

Podríamos imputar el resurgimiento casi global del sentir solidario, a la conciencia cada vez más generalizada de una realidad internacional conjunta, de un destino universal, de una unión más cercana entre todas las personas y todos los países, dentro del fenómeno mundial de la globalización. Esta realidad ha sido casi tan criticada como aplaudida en todas sus manifestaciones. Buena o mala, la globalización es una realidad actual, verdadera y tangible.

Desgraciadamente, esta conciencia de solidaridad universal suele reducirse a una buena intención, una aberración lejana y sentimental hacia las injusticias sociales, hacia la pobreza o el hambre. Y este sentimiento que arroja nuestras esperanzas hacia un país lejano, tal vez arranque de nosotros la capacidad de observar las necesidades de los seres humanos que lloran a nuestro lado todos los días.




La solidaridad es una palabra de unión. Es la señal inequívoca de que todos los hombres, de cualquier condición, se dan cuenta de que no están solos, y de que no pueden vivir solos, porque el hombre, como es, social por naturaleza, no puede prescindir de sus iguales; no puede alejarse de las personas e intentar desarrollar sus capacidades de manera independiente.

La solidaridad, por tanto, se desprende de la naturaleza misma de la persona humana. El hombre, social por naturaleza, debe de llegar a ser, razonada su sociabilidad, solidario por esa misma naturaleza. "La palabra solidaridad reúne y expresa nuestras esperanzas plenas de inquietud, sirve de estímulo a la fortaleza y el pensamiento es símbolo de unión para hombres que hasta ayer estaban alejados entre sí". Es la solidaridad el modo natural en que se refleja la sociabilidad: ¿para qué somos sociales si no es para compartir las cargas, para ayudarnos, para crecer juntos? ... la solidaridad es algo justo y natural; no es tarea de santos, de virtuosos, de ascetas, de monjes, de políticos; es tarea de hombres y mujeres.

Fuente: Francisco García-Pimentel Ruiz

sábado, 27 de agosto de 2011

MÚSICA:En algún lugar... (Somewhere..)



"...Someday I'll wish upon a star
And wake up where the clouds are far
Behind me.
Where troubles melt like lemon drops
Away above the chimney tops
That's where you'll find me.

Somewhere over the rainbow
Bluebirds fly.
Birds fly over the rainbow.
Why then, oh why can't I?..."

Algún día pediré un deseo a una estrella
 y despertaré muy lejos de las nubes
 dejándolas atrás,
 donde los problemas son como gotas de limón
 lejos, muy por encima de las chimeneas,
 ahí es donde me encontrarás.

 En algún lugar sobre el arcoiris
 vuelan pájaros celestes.
 Los pájaros vuelan por encima del arcoiris,
 entonces, ¿por yo no podría? 






La playa, el mar y la práctica natural


Echo de menos el Mar, lo reconozco.
Este año tengo que conformarme con recordarlo mientras descanso tranquilamente en el césped de la piscina. 

Dejando libre la imaginación empecé a evocar sensaciones y recuerdos playeros y marítimos con sensaciones y recuerdos de la práctica del Aikido; asociando pensamientos descubrí (creo) cómo lo ponemos en práctica sin ser consciente de ello o quizá después de leer este texto, de forma consciente en algunos casos.Voy a tratar de explicarme con detalles muy cotidianos y normales de “un día en la playa”.

Comienzo con la llegada y el contacto con la arena; qué delicia al tacto durante los primeros segundos con los pies descalzos; después uno va notando que la cosa se complica y empiezan a quemarse nuestras plantas de los pies; y las sensaciones van en aumento.

En tono de humor y para ir acercándome a la zona de toallas y sombrillas ,con algo de dignidad frente a otros veraneantes, trato de no salir corriendo a la vez que en mi interior grito : - ¡Jopé!! ¡Jopé!! ¡Jopé!! ¡Jopé!! ¡Jopé!! ¡Jopé!! ¡Jopé!!. En vez de eso se me ocurre desviar la atención a otro punto, es el primer detalle de práctica ¿el manejo intencionado de la atención?.

Llego a la ansiada zona templada, descargo los bártulos y caigo de rodillas ¿Seiza quizá?. Una vez organizado convenientemente el espacio disponible, es el momento de tomar el primer baño en el tan ansiado Mar.

Existen varias maneras de entrar en él, entre ellas salir a la carrera como si una carrera de vallas se tratara o también ir entrando poco a poco por aquello de mostrar civismo (aunque creo que también puede ser porque el agua está fría).

Otro punto de aikido cotidiano puede ser cuando vamos aprovechando que las olitas se acercan para unirnos a ellas y aprovechar su energía para que nos ayude a alzarnos unos centímetros y que el ombligo no sienta el frío marino. Me recuerda la sincronización en el momento exacto, el Musubi necesario para resolver los Somen uchi, losYokomen, el Ki Musubi no Tachi.

¡Bien!…una ola, dos olas…y la unión nos ayuda; nos damos la vuelta pues algo nos llama la atención a nuestras espaldas. ¡Zassss!! una ola sin escrúpulos rompe sobre nuestra espalda y se acabó la estrategia de lenta introducción. Será que no hay que dejar de mirar al uke ni darle nuestra espalda.


AFAMADRID

Ya nos da igual y en unos momentos estamos jugueteando en el medio acuoso. Hacemos el “muerto”, situando nuestro Centro y alineándonos en paralelo con el agua, nos dejamos “mecer” por las olas, no hay resistencia, ni oposición. Somos uno con el Mar

Todo va bien hasta que algún acompañante nos saca del momento delicioso y nos invita a: ¡una carrera hasta la Boya!.

¡A ver!! ¿Hasta qué boya?.... Jo, ¡pero si la boya parece que está en las Baleares!!!! Bueno ¡¡va!! Pero yo a mi ritmo, ¿vale?.

Todas las técnicas de respiración parecen insuficientes para llegar hasta Ibiza, …digo hasta la boya. ¡Ufff...! tengo que trabajar más este aspecto, porque si no el próximo año, sólo nadaré o chapotearé en la orilla.

A la velocidad del Caracol Marino consigo llegar a la boya, me aferro a ella cual lapa y me planteo que la vuelta se intuye una proeza. Sólo mente y espíritu conseguirán activar mis pulmones para no tener que pedir socorro y que los benditos de la Cruz Roja del Mar me saquen del apuro.

Finalmente, llego a una zona en la que hago pié y comienzan mis agradecimientos a los poderes Divinos que permitieron que así fuese. Me salgo ya, pero antes aprovecharé para tomar una ola cual surfero de California; otro momento de Aikido: distancia, posición y sincronización. Viene la primera y…. Joooo!!!, falló. Viene la segunda y..... esta vez si…la unión se produce y ¡Hala!... casi hasta la orilla.

Aquí no acaban las posibles relaciones, hay que llegar hasta la zona donde puse la sombrilla, para ello antes hay que efectuar tai sabakis para esquivar los palazos de jugadores de tenis de playa, efectuar práctica intensiva de “kaiten”, “irimi” y “tenkan” para avanzar entre los espacios libres entre sombrillas, colchonetas, cubos y palas, cuerpos de todos los tipos y tamaños…

En fin, se nota que echo de menos el Mar ¿verdad?



Compartir...

Un guerrero de la luz comparte con los otros lo que sabe del camino.

Quien ayuda, siempre es ayudado, y tiene que enseñar lo que aprendió. Por eso, él se sienta alrededor de la hoguera y cuenta cómo fue su día de lucha.

Un amigo le susurra: “¿Por qué revelas tan abiertamente tu estrategia? ¿No ves que actuando así corres el riesgo de tener que compartir tus conquistas con otros?”

El guerrero se limita a sonreír, sin responder. Sabe que si llegara al final de la jornada a un paraíso vacío, su lucha no habría valido la pena.


viernes, 26 de agosto de 2011

Un ejemplo local de compromiso y constancia...

Aprovechando el interesante detalle del blog de Carina sobre la Sensei Keido Fukuda, 10º DAN a sus 98 años, he pensado automáticamente en un compañero de entrenamiento.

 Si Agustín, Dr. Agustín Meléndez ; tú.... A tus casi 70 años, 3er DAN de Judo, 2º de AIkido ( bien lo sabemos, ehhh!!  pues nos tocó examinarnos juntos de primero y segundo, jajaj). Es raro que faltes a una clase, llegas silbando  o cantando pasajes de Arias... con buen humor, con muchísima humildad pese a tu bagaje, dando ánimos a los nuevos y no tan nuevos, siempre con cosas y temas que hacer de tu trabajo en el INEF pese a tu jubilación...es cierto que las piernas a veces fallan pero...jo!!!!. Da gusto verte en los ukemis. He tenido la suerte de poder compartir contigo los minutos que nos dan en las exhibiciones anuales y aprovecho para darte las gracias por el ejemplo que nos das y desearte que la cosa siga así muchos años más...

Un abrazo



Agustín y yo,  en el Memorial de Kárate Rubén Sánchez
(2008 y 2009)






Tori: Agustín Meléndez
  

jueves, 25 de agosto de 2011

MÚSICA:Madre Tierra...

"... No se trata de romper ventanas, ni farolas, ni de caras
Mejor romper conciencias equivocadas
Oye, nadie nos enseñó ni a ti ni a mí
Nadie nos explicó ni a ti ni a mí
Mejor aprender, que corra la voz y quizás conseguir..."



Intérprete: Macaco

Seis enfermedades...

La práctica de un Arte Marcial debe buscar “curar” esta seis enfermedades:
  • El deseo de salir victorioso
  • El deseo de utilizar astucias técnicas
  • El deseo de ser admirado
  • El deseo de vencer dominando mentalmente al adversario
  • El deseo de permanecer inmóvil esperando la oportunidad
  • El deseo de curar estas cinco enfermedades





Yagyu Munemori

Maestro de armas del Shogun Tokugawa.Siglo XVII

miércoles, 24 de agosto de 2011

Museo de Arte Tokugawa

Un interesante lugar para vistar...sobre todo "in situ"

Los cuatro elementos...

A continuación se exponen los cuatro elementos fundamentales del entrenamiento del Aikido formulados por el Fundador.

De ellos se desprende todo lo que el discípulo precisa tener en cuenta para un correcto desarrollo evolutivo dentro del Aikido.

Son los siguientes:


  • TAI-IKU. Realización corporal: Desarrollo de los aspectos físicos a través de la práctica del principio de UNIDAD en las técnicas.
  • KI-IKU. Realización mental: Desarrollo de la energía, Ki, basada en la realización de la UNIDAD con el Universo.
  • TOKO-IKU. Realización moral: Se alcanza poniendo en práctica el principio de UNIDAD en todas las esferas de la vida, cotidianamente.
  • CHI-IKU. Realización espiritual: Desarrollo de la sabiduría a través del conocimiento de la verdad de la UNIDAD.
Este tetrálogo define encomiablemente el significado del Aikido. Su razón de ser y cómo ha de entrenarse.





martes, 23 de agosto de 2011

La Mente-mono

La mente es activa, inquisitiva, voluntariosa, e impaciente al igual que un mono. Salta de pensamiento a pensamiento, examinando esta o aquella curiosidad, siempre perdiendo interés y lanzándose otra vez en alguna búsqueda nueva y sin propósito.

Natural, característica, incluso atractiva, tal como lo es el comportamiento símico, no muchos de nosotros elegirían actuar de semejante manera. Sí, todos tenemos mentes-mono, porque es sólo una moda que la mente desatendida se ocupa de sí misma. Pocos de nosotros elegirían un mono como compañero para toda una vida, sin embargo todos elegimos vivir con nuestras mentes-mono. Por eso, somos como dueños renuentes de gibones, por siempre tirando de la correa (o de gorilas, que simplemente levantan a una persona y la arrastran).

Pero, aunque todos tenemos mentes-mono, pocos de nosotros advierten esta situación. Quizás sea solamente en la noche, cuando estamos tratando de dormir, que nos enteramos de lo muy indulgente que es la mente con su desorden. Todo estaría bien, ciertamente, si fuéramos monos, pero, aunque parientes muy cercanos, no lo somos. Sin embargo debemos, pareciera, compartir nuestras vidas con ellos. No importa adonde vayamos ni quién lleguemos a ser, fielmente la mente nos acompaña.

¿Si alguien viviera con un mono de verdad, qué haría? Después de haberlo admirado, de haber jugado con él, después haber intentado comunicarse con él, tendría que disciplinarse. Lo enjaularíamos, o lo entrenaríamos. No importa cuanto lo aprobemos en su estado natural, o cuanto nos arrepintamos de intentar engrillar a la naturaleza, a la larga, forzados a vivir con él cada segundo de nuestras vidas, emplearíamos algo de disciplina. De lo contrario nuestras propias vidas llegarían a ser intolerables.

Siendo esto así, es extraño que tan pocas personas hayan tratado disciplinar sus mentes-mono. Esta mente no es menos maleable que el propio animal. Ambos pueden ser educados. Quizás la razón sea que nos incomodamos cuando somos concientes de nuestras mentes. Preferimos ser inconscientes de ellas.
No obstante, poco a poco, la conciencia aumenta. Nosotros, imperfectos, no somos uno con nuestras mentes. Por eso somos diferentes de nuestros primos monos, todo inconsciencia, felices ellos, completos; infelices nosotros, divididos. No llegaríamos a ser concientes de nuestras mentes si pudiéramos evitarlo. A la larga, de cualquier modo, no podemos evitarlo.
Llegamos a ser concientes y saber que nuestras mentes no están completas, sólo son; que no somos completamente, meramente, nuestras mentes. El mono aparece, chillando e inquieto. Estamos forzados a entrenarlo.

El entrenamiento es simple. No la deje agitarse, prohíba sus búsquedas infructuosas, hágala concentrarse. Es más fácil decirlo que hacerlo, usted dirá, pero decirlo es hacerlo. Dígale simplemente que pare. Escuchará (por un momento o dos). Pero en el minuto que usted se relaja, ahí va otra vez. Arrástrela de regreso. De nuevo pídale que se detenga. No le permita que vague sin parar. Péguela a algo.
Imagine una jaula y no le permita salir. Cuando se salga, tire de ella. Tan a menudo como salga y vague, hágale regresar. Esto sucederá muchas veces, y usted mismo llegará a estar muy cansado. Hacer volver la mente-mono es, de hecho, una buena receta para ponerse a dormir. Pero si no deseamos pasar nuestras vidas durmiendo, debemos encontrar una manera de controlar la mente sin dormirnos.

Por lo tanto, entrénela de día así como de noche. No la deje dispararse, brincar, atractiva como ella (y usted) puede encontrar búsquedas inútiles. Llévela firmemente a la rastra, póngala a trabajar, hágala pensar verdaderamente. Dele un problema (un acertijo, un enigma) o simplemente hágala contar.
Crecerá más tranquila, también crecerá más astuta. Mientras usted se concentra en ella, tomará el mismo tema de su concentración y construirá una historia o una probabilidad en él. Antes de que usted sea conciente, con la mente-mono firmemente en mente, se encontrará otra vez compitiendo a través de las copas de los árboles.

Tráigala de vuelta de nuevo. Resista sus esfuerzos de hacerlo pensar en ella. Ignórela y concéntrese en la jaula. Así, no puede escaparse hasta que usted abra la puerta al relajarse. Lo cuál, por supuesto, usted querrá hacer. No solamente por la mente-mono, a la cual, después de todo, por su propia naturaleza le gusta revolotear, sino también por usted, puesto que una vida de intensa concentración es apenas más digna de vivir que una vida de interés a la deriva y transitorio.

Si usted persiste, no obstante, descubrirá que la mente llega a ser dócil. Finalmente, vendrá cuando la llame y se sentará con usted. Quizás no por mucho tiempo, sino por un momento. Cuando esto ocurra la mente-mono finalmente llegará a ser conciente de sí misma, habrá despertado. Y despertar su mente es el primer paso hacia despertarse a si mismo.

El camino a una mente se extiende adelante.


Del libro Zen Inklings, de Donald Richie.

Conocer a Dios

Esta es la obra más ambiciosa del Dr. Chopra: una exploración de la idea de que todos podemos tener una experiencia directa de la divinidad. Según Chopra, el cerebro está equipado para conocer a Dios. El sistema nervioso humano incluye siete respuestas biológicas que se corresponden con siete niveles de la experiencia divina. Dichas respuestas no se hallan configuradas por ninguna religión en particular (son compartidas por todas), sino por la necesidad del cerebro de asimilar un universo infinito y caótico y averiguar su significado.
Deepak Chopra, fundador, CEO y director educativo del Centro Chopra para el Bienestar, se convirtió en el pionero de la medicina integral. Nació en India y es médico cardiólogo.


lunes, 22 de agosto de 2011

De Caminos, senderos y guerreros...

"...Todo sendero no se parece al otro. Siempre el sendero le corresponde al guerrero que le transita.

He visto gente caminando en el sendero, caer y desaparecer. He visto a otros caer levantarse y seguir caminado. He visto los que se pierden, otros que toman atajos que solo los llevan al principio.

También he visto senderos llanos y expeditos, algo anchos y tranquilos. Y los que más me han sorprendido son esos senderos pedregosos, angostos, maltrechos, los cuales llevan al mismo lugar que llevan todos y he visto a guerreros caminarlos sin frustrarse ni perderse.

Pero la visión más triste y desgarradora que he visto, es a los guerreros los cuales, el único obstáculo que se encuentran en la senda, es el de su propia sombra..."


Yamaguchi Sensei

Me gusta el trabajo de bokken de este Gran Maestro...

Sobre la crisis del Aikidoka

"... En el fondo, lo que se encuentra detrás de todas esas “crisis”, no es otra cosa que el ego, el orgullo, el egoismo. Son sólo algunas de las formas de presentarse de entre las muchas y muy diversas manifestaciones del orgullo.

Al principio, traemos el orgullo al tatami como algo a destacar, meritorio, y formando parte básica de nuestro bagaje educativo, pues es tal como la sociedad (y nosotros mismos por ella estimulados) le considera: El orgullo, de la mano de la ambición, dentro del ámbito socio-económico-cultural de las sociedades “desarrolladas”, es virtud de prestigio y considerando irrefutable de nuestras acciones. Una persona distinguida puede perder hasta la camisa pero jamás el orgullo. Nuestro país y sus gentes, además, tienen fama de orgullosos. Era costumbre de los fijodalgos venidos a menos y muertos de hambre, echarse miguitas de pan sobre la pechera -sin camisa bajo el jubón-, para que pareciese que habían comido... Pero, ¿trabajar? ¡Hasta ahí podríamos llegar! Mucha culpa hemos de agradecerle a ese orgullo del atraso que hemos tenido con respecto a otros países de nuestro entorno. Desde el Gran Capitán a nuestros días los casos de personas “muy dignas”, terriblemente ofendidas por haberse dudado de su “dignidad” pidiéndoles cuentas del uso dado a los dineros públicos, se repite y repite como un eco o como la enfermedad del hipo.
Pero volvamos a nuestro camino.
El orgullo es esencial. Hemos de estar orgullosos de todo: de nosotros mismos, seamos como seamos; de nuestras familias y amigos, sean como sean; de nuestros trabajos, que fueren los que fueren sirven para “dignificarnos”; de nuestros logros, pertenezcan al ámbito que pertenezcan (incluso si pertenecen al ámbito de la delincuencia, la estafa o de su primo “el pelotazo”...). Orgullosos siempre, aunque se trate de méritos tan poco personales como el triunfo (la mayor parte de las veces triunfito) de nuestros allegados más o menos directos; o de Rafa Nadal, de las traineras de Orio, de nuestro equipo de futbol o de la canción que represente a España en Eurovisión, aunque sea más mala que la peste.

Y, como es normal, ese orgullo, se asoma tras la timidez del principiante, manifestándose en todo su esplendor en nuestro interior, y cauteloso fuera de él, pretendiendo, en el fondo, alcanzar la excelencia lo antes posible y por encima de la excelencia de los demás.

Luego, a medida que vamos viendo que esto, el Aikido, no es igual que otras actividades de carácter competitivo (se trate o no de deportes), que aquí no hay más rival que el ego mismo, y que no es asunto fácil, ¡ni siquiera para nosotros!, el ego se nos va presentando en formas más o menos camufladas. Incluso, cuando ya llevamos sobre nuestras espaldas años de práctica, suele aparecerse bajo el disfraz de la forma de luchar contra sí mismo; y nos convertimos entonces en más serios, sinceros y humildes que nadie. O sea, que nos sentimos orgullosos de ser humildes... Y menospreciamos a los que no siguen “nuestra línea”, a los que no hacen Aikido “de verdad”...

Y a mayor avance, más peligro de caer en trampas de las que nos es más difícil salir, porque son más sofisticadas y sutiles. El ego tiene esas cosas. Cuando se ve acorralado, se defiende como gato panza arriba...
....

Exigimos de nuestro arte (o de la vida) algo que nadie nos ha prometido. En lugar de adaptarnos nosotros –armonía-, queremos que sea el Aikido (o la vida) quien se adapte –discordia-. Queremos freír un huevo echándolo sobre un yunque y cascándolo a martillazos, y nos quejamos luego de que se haya chafado y de que siga crudo.

El ego sólo irá desapareciendo a medida que dejemos de alimentarlo. Las dudas se resolverán por sí solas en cuanto dejemos de preocuparnos de ellas. La armonía se consigue sintonizando con lo que se pretende armonizar, no forzándolo; dejando fluir y fluyendo con uke en los movimientos de Aikido, en el Aikido, y dejando fluir y fluyendo con la vida en todas sus facetas, fuera del tatami..."

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Extraído de un artículo de mi Maestro D. Lucio Alvarez
Sobre la crisis del AIkidoka

Musubi (verano 2011)

domingo, 21 de agosto de 2011

Existo Como Soy

No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.

Me celebro y me canto a mí mismo.

Cuando conozco a alguien no me importa si es blanco, negro, judío o musulmán. Me basta con saber que es un ser humano.

Lo insignificante es tan importante como todo lo demás.

Cuando doy, doy a mi mismo.

Lo que satisface al alma, es la verdad.
La vida es lo poco que nos sobra de la muerte.
Toda pulgada cúbica de espacio es un milagro.
No soy sentimental ni miro desde arriba a hombres ni a mujeres de los que no me aparto. No soy más orgulloso que humilde… Me humilla quien humilla a los otros, y nada se hace o dice que no recaiga en mí….
Si nadie me ve, no me importa, y si todos me ven, no me importa tampoco. Un mundo me ve, el más grande de todos los mundos: Yo.
Mira tan lejos como puedas, hay espacio ilimitado allá.

Yo no hablo del principio y del fin. Jamás hubo otro principio que el de ahora, ni más juventud o vejez que las de ahora, Y nunca habrá otra perfección que la de ahora, ni más cielo o infierno que éstos de ahora.

No pregunto quién eres, eso carece de importancia para mí. No puedes hacer ni ser más que aquello que yo te inculco.

VIVE !!!

No dejes que termine el día sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.

No te dejes vencer por el desaliento. No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, que es casi un deber. No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.

No dejes de creer que las palabras y las poesías sí pueden cambiar el mundo.Pase lo que pase nuestra esencia está intacta. Somos seres llenos de pasión. La vida es desierto y oasis. Nos derriba, nos lastima, nos enseña, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia.

Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra continúa: Tú puedes aportar una estrofa. No dejes nunca de soñar, porque en sueños es libre el hombre.No caigas en el peor de los errores: el silencio. La mayoría vive en un silencio espantoso. No te resignes. Huye.

“Emito mis alaridos por los techos de este mundo”, dice el poeta. Valora la belleza de las cosas simples. Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas, pero no podemos remar en contra de nosotros mismos. Eso transforma la vida en un infierno. Disfruta del pánico que te provoca tener la vida por delante.

Vívela intensamente, sin mediocridad. Piensa que en ti está el futuro y encara la tarea con orgullo y sin miedo. Aprende de quienes puedan enseñarte. Las experiencias de quienes nos precedieron de nuestros “poetas muertos”, te ayudan a caminar por la vida. La sociedad de hoy somos nosotros… Los “poetas vivos”. No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas .

Existo como soy, con eso basta, Y si nadie lo sabe me doy por satisfecho.

Sin amor...

sin amor lo nuestro no hubiera ocurrido,
nada de esto tendría sentido,
sin amor todo sería distinto.

Walt Whitman (1819 – 1892), fue un poeta, ensayista, periodista y humanista estadounidense. Su trabajo se inscribe en la transición entre el Trascendentalismo y el Realismo, incorporando ambos movimientos a su obra. Whitman está entre los más influyentes escritores del canon norteamericano y ha sido llamado el padre del verso libre.














Como un río que fluye

Un río nunca pasa dos veces por el mismo lugar”, dice un filósofo. “La vida es como un río,” dice otro filósofo, y llegamos a la conclusión de que esta es la metáfora más aproximada al sentido de la vida. En consecuencia, será bueno recordarlo a lo largo de todo el año que viene:

Siempre estamos ante la primera vez.

Al recorrer el camino que va desde nuestro manantial (o nacimiento) a nuestro destino (muerte), los paisajes son siempre nuevos. Debemos encarar todas estas novedades con alegría, y no con miedo, porque de nada sirve temer lo que no se puede evitar. Un río no deja nunca de correr.

En un valle, andamos más despacio.

Cuando todo a nuestro alrededor se vuelve más fácil, las aguas se calman, nos volvemos más amplios, más largos, más generosos.

Nuestras márgenes son siempre fértiles.

La vegetación sólo nace donde existe agua. Aquél que entra en contacto con nosotros, debe entender que estamos allí para dar de beber a quien tiene sed.

Hay que esquivar las piedras.

Es evidente que el agua es más fuerte que el granito, pero necesita tiempo. De nada sirve dejarse dominar por obstáculos más fuertes, o intentar batirse contra ellos, pues gastaremos energía en vano. Lo mejor es saber dónde se encuentra la salida, y seguir adelante.
Las depresiones necesitan de paciencia.
De repente el río entra en una especie de hoyo, y deja de correr con la alegría de antes. En esos momentos, la única manera de salir es contar con la ayuda del tiempo. En el momento preciso, la depresión se llena, y el agua puede seguir adelante. En lugar del hoyo feo y sin vida, existe ahora un lago que los demás pueden contemplar con alegría.

Somos únicos.




Nacemos en un lugar que estaba destinado a nosotros, que nos mantendrá siempre alimentados de agua de modo que, frente a obstáculos o depresiones, podamos tener la paciencia o la fuerza necesarias para seguir adelante.
Comenzamos nuestro curso de manera suave, frágil, hasta tal punto que una simple hoja puede detenernos. Sin embargo, como respetamos el misterio del manantial que nos engendró, y confiamos en su Eterna sabiduría, poco a poco vamos ganando todo lo necesario para recorrer nuestro camino.

Aunque seamos únicos, pronto seremos muchos.

A medida que caminamos, las aguas de otros manantiales se acercan, porque aquél es el mejor camino a seguir. Entonces ya no somos uno solo, sino muchos, y hay un momento en que nos sentimos perdidos. Sin embargo, como dice la Biblia, “todos los ríos van al mar” Es imposible permanecer en nuestra soledad, por muy romántica que esta pueda parecer.

Cuando aceptamos el inevitable encuentro con el agua de otro manantial, al final entendemos que eso nos hace mucho más fuertes, esquivamos los obstáculos u ocupamos las depresiones en mucho menos tiempo, y con mucha más facilidad.

Somos un medio de transporte.

De hojas, de barcos, de ideas. Que nuestras aguas sean siempre generosas, que podamos siempre llevar hacia adelante a todas las personas o cosas que pudieran necesitar de nuestra ayuda.
Somos una fuente de inspiración.

Y por lo tanto, dejemos a un poeta brasileño, Manuel Bandeira, las palabras finales:

Ser como el río que fluye Silencioso dentro de la noche. No temer las tinieblas de la noche. Si hay estrellas en el cielo, reflejarlas.

Y si los cielos se cubren de nubes, Como el río, las nubes son agua, Reflejarlas también sin amargura En las profundidades tranquilas.

Texto : Guerrero De La Luz on line – Ediciòn Nº 114 .

Paulo Coehlo

Rio, 12/02/06





MÚSICA:Detalles

"... Escapar del tiempo y vivir sin miedo
Contemplar la vida y sus misterios
Escuchar el silencio y perderme dentro
Encontrar respuesta al susurro al viento

Abriendo bien los ojos
Fijarme en los detalles
Despertar mis sentíos
Fundirme con el aire

Conectar con mi ser y espabilar
Proyectar mi alegría y observar
Y liberar mi mente
Sentir con claridad..."


sábado, 20 de agosto de 2011

CINE: La casa de las Dagas voladoras...



Valor...

"...Enfrentarse día a día a nuestras debilidades, a nuestros defectos, a la pereza física y anímica; ser capaces de arrostrar los riesgos de vencer nuestro orgullo, nuestra soberbia, nuestra intransigencia, cumpliendo con nuestra condición de samuráis (servidores) del espíritu, bushis del Camino de la Unión, eso es coraje. Cortar nuestro ego de raíz con la espada de la verdad y de la honestidad, eso es valor. Valor del bueno. Hay una máxima que dice: “Es mucho más fácil morir por nuestras ideas, que vivir de acuerdo a ellas”. No es difícil morir o matar, lo difícil es vivir en consonancia con los principios de amor y armonía completos que promulga el Aikido y que debemos seguir quienes lo practicamos...."






viernes, 19 de agosto de 2011

De Sempais y Kohais...

Senpai (pronúnciese sempai) es un sufijo japonés que se utiliza al dirigirse a compañeros de estudios, artes marciales o cualquiera otra actividad que estén en un nivel o curso más avanzado. Se coloca detrás del nombre al igual que los demás sufijos -san, -sama, -chan, -kun, etc. El significado de Senpai (Guía), por eso designa, al estudiante avanzado, con muchos años de práctica y acumulación de conocimientos y sabiduría.
En contraste con el Senpai, se encuentra el Kōhai (pronúnciese koohai); es el estudiante que recién comienza y que tiene menor experiencia.

A fin de lograr el avance del Kohai un Sempai le marcará el camino a seguir (Budo), con puntos claros, paciencia y dedicación, a fin de que el Kohai siga un camino de sabiduría, justicia, verdad y compromiso.

Este mecanismo ha permitido a lo largo del tiempo, la transferencia de experiencias y sabiduría así como también la expansión del conocimiento a fin de mantener vivo el arte a enseñar.

También así, el recorrer el camino juntos, permite un beneficio de ambos. El Kohai se ve beneficiado por la experiencia y sabiduría del Senpai, y el Senpai aprende nuevas cosas del Kohai siendo que cada persona es única y puede enseñarnos muchas cosas nuevas.

Palabras de aliento

De Senpais y Kohais...
Desde hace una temporada vengo pensando en cómo pasa el tiempo...

Ay!! los principios siempre son duros y pasados estos pocos años (mi caso) resulta que uno vuelve a estar en el principio...en mi caso en el shodan.

Esto me recuerda la frase de :"Ahora que nos sabemos las respuestas, nos cambiaron las preguntas"
Siempre recuerdo con cariño muchos detalles de los comienzos...y es mi intención recordarlos en este texto con la intención subyacente de que algunos de esos detalles y comentarios sirvan para que los que empiezan se den cuenta de que a todos nos pasa lo mismo.
Los primeros días, las primeros conflictos: ponerse el cinturón. Yo creo que esta es una de las primeras lecciones de aikido, no tener vergüenza y preguntarle a un practicante más veterano cómo anudarlo de forma segura. A mi entender es muy importante cuidar esos detalles.

Una buena presencia, el traje bien puesto, el cinturón bien colocado también puede evitar accidentes. Los más veteranos saben que para anudarse correctamente el Hakama pasa lo mismo.

Una vez resuelto ese tema, seguimos...ahora del vestuario al tatami (siempre con calzado, nunca descalzo pues la suciedad del suelo es traspasada directamente a nuestras caras, pies y manos cuando practicamos los ukemis).
Entrar al tatami...¿saludé al entrar? ¿Pedí permiso al Maestro o al Profesor si llegué con retraso?¿Crucé el tatami por delante de todos? ¿Porqué me puse talco en los pies, jo, deje todas mis huellas en el tatami? ¿Dónde me coloqué?

El rincón del principiante, lugar en el que a veces uno se refugia, para no molestar a los demás; la vergüenza , la timidez nos lleva a no salir de ahí.

Comienzan los entrenamientos por parejas y uno se queda allí sin saber qué hacer. Finalmente , en ocasiones por descarte, uno encuentra pareja con quien entrenar.

Uhmmm!!, particularmente es uno de los detalles que - en ocasiones - uno ha vivido (en casa y en Cursos externos) y no me parece correcto por parte de los veteranos:

- por un lado pienso que deben ayudar en la medida de lo posible a una buena integración de los noveles, siempre supervisados por el Maestro o profesor; esto me lleva a recordar la figura del llamado Senpai (Al final del artículo encontrarás con más detalle que significa esto).

- por otro lado estoy de acuerso en los comentarios del Maestro en los que hace hincapié en que el aikido se practica con todo tipo de niveles, no sólo formando parejas de -avanzados-avanzados , noveles-noveles.

El novel aprenderá más si practica con avanzados y el avanzado igual, aunque a veces el aikido al que está acostumbrado no sea tan vistoso, tan potente, tan "duro". Bueno, ese tema lo dejo para otro día...e incluso para otro autor.
Seguimos entrenando:

¿Cómo era la técnica que nos mostró el Maestro? ¡¡Si han hablado en japonés!! El Maestro la repitió varias veces, pero la verdad, los nervios no me dejaron prestar suficiente atención... pero bueno, ahí voy.

Agarro la mano contraria...!!vaya!! así no era, era de la misma mano...Le pregunto al compañero y no me responde. Uhmmm!! qué raro es este hombre ¿no? . No, no es raro...es que simplemente por respeto al Maestro o al Profesor esa persona no está capacitada para enseñar el cómo, el porqué....No se lo
tengas en cuenta , seguro que en su interior quiere ayudarte y así lo demostrará a la hora de ejecutar sobre ti una técnica: inmovilización , proyección, etc.


Llega la hora de la primera proyección y en ocasiones uno se encomienda al Altísimo o deidad correspondiente y ¡¡Hala!!...allá voyyyy!!!!!. No hay nada que demostrar; una vez más seguro que el Maestro te ayudará a ejecutar el movimiento y mientras eso llega , el compañero con el que practicas en ese momento te guiará suavemente, otra lección de aikido y no es de técnica:" tener coraje no significa ser imprudente". Una mala caída puede suponer lesiones muy importantes.
Ufff!! el Maestro para el entrenamiento de esa técnica y aprovecho el momento para irme a mi rincón...No es necesario, sólo al comienzo y al principio de cada clase uno debe situarse correctamente dependiendo del grado y/o veteranía.
Comenzamos la segunda técnica y...¿Cómo se movían los pies? Izquierda adelante, subo la mano izquierda y avanzo y después giro? O era al revés...Parezco un pato mareado, nunca se me dió bien bailar la Yenka, quizá ahora habría que hablar de la Batuka. En fin, mi sentimiento del ridículo aflora y lo "combato" con movimientos bruscos y acelerados...menos mal que mi compañero se da cuenta y me maneja con suavidad , noto que termina las técnicas con la intención de protegerme...menos mal.

En voz baja escucho: "tranquilo, muy bien..,poco a poco, no te preocupes, poco a poco...".

Palabras de aliento...que siempre vienen bien y ,en ocasiones, llegan cuando uno está a punto de tirar la toalla y abandonar.
Y para acabar este texto una frase que me gusta mucho y que se la dedico , con todo mi aprecio, a los que empiezan hoy, y a los que , pese a varios años de práctica, pocos o muchos, seguimos en el principio.


"...Para mantener el progreso se requiere pureza en las motivaciones y consistencia en el esfuerzo..."
Un saludo y gracias por permitirme entrenar con vosotros.

J.CH.A - Musubi
(Febrero 2007)







jueves, 18 de agosto de 2011

Sin Musubi, Aikido no es Aikido

La diferencia entre el bujutsu antiguo y el Aikido, en tanto entrenamiento vigoroso e intenso, es la diferencia existente entre un fuego descontrolado y el fuego de la forja. Uno destruye y mata; el otro siendo igual en calor e intensidad, mejora los metales crudos, les da forma y los vuelve en objetos de belleza y fortaleza flexible. Los estudiantes de Aikido siempre deben recordar que el propósito de su entrenamiento es el desafío y mejoramiento de ellos mismos, más que la intimidación a sus compañeros/as o la complacencia de sus propios egos a expensas de sus compañeros/as.

Son las cualidades de confianza, cooperación, apertura mental y generosidad en la práctica de Aikido las que permiten a los estudiantes abandonar los miedos que los limitan e inhiben, en su habilidad para interactuar con los otros. De esta forma, ganar la confianza en ellos mismos los llevará a potenciar sus conexiones armoniosas (Musubi). Sin Musubi, Aikido no es Aikido sino otra forma de combate.




miércoles, 17 de agosto de 2011

La Humildad...

Una persona que personifique la humildad hará el esfuerzo de escuchar y de aceptar a los demás. Cuanto más acepte a los demás, más se tendrá a esa persona en gran estima y más se la escuchará.Una palabra dicha con humildad tiene el significado de mil palabras.

La humildad se encuentra en un vasto océano de aguas tranquilas que fluyen en la profundidad. En lo profundo yace la autoestima. Al principio, adentrarse en el océano es como viajar a una zona desconocida de inmensa oscuridad. Pero, así como explorar puede llevar a descubrir tesoros enterrados, en la búsqueda del mundo interior se pueden encontrar joyas enterradas en las profundidades de uno mismo.

Y la joya que está enterrada en lo más profundo, la que más brilla y más luz da es la humildad. Sus rayos penetran en los momentos más oscuros. Elimina el miedo, la inseguridad y abre a la persona a las verdades universales.



La Honestidad...



La Honestidad significa que no hay contradicciones ni discrepancias entre los pensamientos, palabras o acciones. Ser honesto con el verdadero ser y con el propósito de una tarea gana la confianza de los demás e inspira fe en ellos.

Honestidad significa nunca hacer mal uso de lo que se nos confió.


 
Honestidad es la conciencia clara “ante mí y ante los demás”. Honestidad es el reconocimiento de lo que está bien y es apropiado para nuestro propio papel, conducta y relaciones. Con honestidad, no hay hipocresía ni artificialidad que creen confusión y desconfianza en las mentes y en las vidas de los demás. La honestidad conduce a una vida de integridad, porque nuestro interior y exterior son reflejo el uno del otro.

Honestidad es hablar de lo que se piensa y hacer lo que se ha dicho. No hay contradicciones ni discrepancias entre los pensamientos, palabras o acciones. Esta integración proporciona claridad y ejemplo a los demás. Ser interiormente de una forma y exteriormente de otra, crea barreras y puede causar daño, porque nunca podremos estar cerca de los demás ni los demás querrán estar cerca nuestro. Algunos piensan: “Soy honesto, pero nadie me comprende”. Esto no es ser honesto. La honestidad es tan claramente perceptible como un diamante sin defectos que nunca puede permanecer escondido. Su valor es visible en cada acción que realizamos.

sábado, 13 de agosto de 2011

Las tres técnicas más poderosas

El Entusiasmo, si crees en lo que haces y de verdad te gusta podrás conseguirlo todo y debes creerlo con todos los vestigios de tu ser.

La segunda ¡El Empuje! Has de aprender y trabajar, aprender y trabajar y después... enseñar, aprender y trabajar. Solo con el trabajo conseguirás tus objetivos. Si pretendes aprovecharte de la gente solo encontraras el fracaso, sin embargo, si trabajas con honor, en equipo y siempre intentas superarte... no habrá nada que pueda pararte.

Y tercer la Constancia - los ojos de Kan preguntaban a su padre que era la constancia, acaso no era lo mismo que el empuje - La Constancia hijo mío, es la capacidad de aguantar en los tiempos duros y seguir trabajando para que vengan los tiempos buenos, la constancia es el Arte de Continuar Siempre! Tú ahora acabas de empezar y mañana empezarás a practicar con los Samurais.

Al principio, después de cada entrenamiento, te dolerán los músculos y estarás cansado, tendrás ganas de abandonarlo todo por que pensarás que esto es demasiado duro para ti. Pero si eres Constante y continuas aprendiendo y practicando, poco a poco tu cuerpo se irá adaptando y desarrollando, así como tu mente. Y verás como cada vez las cosas te resultarán más fáciles y obtendrás más resultados y más fácilmente.

Los comienzos son siempre duros hijo, y sólo si eres Constante tendrás el éxito asegurado...

Iniciando el camino...

en el 2002 inicié mi caminar...
en el 2011 me concedieron el Nidan...
y así seguiré hasta que Dios me lo permita.

Aunque el Aikido se originó con Morihei en Japón, intenta ser un don para toda la humanidad.

Algunos han elegido, o elegirán en el futuro, el Aikido como su propio Camino particular, practicándolo sobre las esteras y aplicándolo a su vida cotidiana.

 Muchos más han sido y serán, espero, inspirados por el mensaje universal del Arte de la Paz y sus implicaciones para nuestro mundo.