sábado, 5 de noviembre de 2011

MÚSICA: Me siento bien...


Pájaros que vuelan alto, Saben cómo me siento. Sol en el cielo, Sabes cómo me siento. Brisa moviéndote lentamente, Sabes cómo me siento. Es un nuevo amanecer. Es un nuevo día. Es una nueva vida Para mí, Y me siento bien. Peces en el mar, Saben cómo me siento. Río corriendo libremente, Sabes cómo me siento. Flor en el árbol, Sabes cómo me siento. Es un nuevo amanecer. Es un nuevo día. Es una nueva vida Para mí, Y me siento bien.




Libélula bajo el sol, Sabes lo que quiero decir, no? Mariposas divirtiéndose, Saben lo que quiero decir. Dormir en paz cuando el día termina. Eso es lo que quiero decir. Y este viejo mundo es un nuevo mundo Y un mundo valiente Para mí. Estrellas, cuando brillan, Saben cómo me siento. Perfume del pino, Sabes cómo me siento. Oh, la libertad es mía. Y sé como me siento. Es un nuevo amanecer. Es un nuevo día. Es una nueva vida Para mí. 

 Y me siento bien


viernes, 4 de noviembre de 2011

Guerrero de la Luz Online

Guerrero de la Luz Online


Las cinco leyes de Sun Tzu
“El arte de la guerra,” escrito por Sun Tzu el año 490 a. de C., habla de las cinco leyes del combate:
La fe: antes de entrar en combate, hay que creer en el motivo de la lucha.
El rabino Zuya tenía tanta fe que se propuso conocer los misterios divinos. Para ello, decidió imitar la vida de Moisés.
Durante años, intentó comportarse como el profeta, sin conseguir los resultados esperados. Una noche, agotado tras mucho estudiar, cayó rendido en sueños.
En sus sueños, Dios se le aparecía:
-¿Por qué estás tan perturbado, hijo mío? –preguntó.
-Mis días en la Tierra terminarán, y estoy lejos de llegar a ser como Moisés –respondió Zuya-. He luchado con todas mis fuerzas, sin resultado alguno.
-Si Yo necesitara de otro Moisés, ya lo habría creado –dijo Dios-. Cuando te presentes delante de Mí para el Juicio Final, no te preguntaré por qué no fuiste como Moisés, sino quién fuiste tú. Intenta ser un buen Zuya.

El Compañero: escoge bien a tus aliados y aprende a luchar acompañado, porque nadie gana una guerra solo.
Un panadero quería conocer a un gran gurú, y lo invitó a comer. La víspera, este fue a la panadería disfrazado de mendigo, cogió un pan y empezó a comer. El panadero lo echó a la calle.
Al día siguiente, el gurú y un discípulo fueron a casa del panadero, y se encontraron con un gran banquete. En mitad de la comida, el discípulo preguntó:
-¿Cómo distinguir al hombre bueno del malo?
-Basta con mirar a este panadero. Es capaz de gastarse diez monedas de oro en un banquete porque soy célebre, pero es incapaz de dar un pedazo de pan a un mendigo hambriento.

El tiempo: una lucha en invierno es diferente de una lucha en verano; un mal guerrero no presta atención al problema cuando este es pequeño. Y cuando crece, se siente incapaz de superarlo.
Un vendedor de camellos llegó a una aldea para vender sus hermosos animales a un precio inmejorable. Todos compraron, menos el Sr. Hoosep.
Un tiempo más tarde, llegó a la aldea otro vendedor con excelentes camellos, pero a un precio bastante más alto. En esta ocasión, Hoosep compró algunos animales.
-No compraste los camellos cuando eran casi gratis, y ahora los compras por el doble –le criticaron sus amigos.
-Aquellos que estaban baratos eran muy caros para mí, porque en aquella época tenía muy poco dinero –respondió Hoosep-. Estos pueden parecer más caros; sin embargo, para mí son baratos, puesto que tengo más que suficiente para comprarlos.

El espacio: no se lucha de la misma manera en un desfiladero que en una llanura. Considera siempre lo más favorable que hay a tu alrededor.
Caminaba por una pequeña carretera del norte de España cuando vi a un campesino tumbado en un jardín.
-Está usted pisando las flores –le dije.
-No –respondió-. Estoy intentando quitarles un poco de su dulzura.

La estrategia: el mejor guerrero es aquel que prepara bien su combate.
Los guerreros ninja van al campo donde se acaba de plantar el maíz. Obedeciendo la orden de su maestro, saltan por encima de los lugares donde se sembraron las semillas.
Todos los días los guerreros ninja vuelven al campo. La semilla se transforma en brote, y ellos saltan por encima. El brote se transforma en una pequeña planta, y ellos saltan por encima.
No se aburren. No creen que sea una pérdida de tiempo.
El maíz crece, y los saltos son cada vez más altos. Así, cuando la planta está madura, los guerreros ninja todavía son capaces de saltar por encima de ella.
¿Por qué? Porque conocen bien su obstáculo.



miércoles, 2 de noviembre de 2011

Encuentra las fuentes de energía...

La energía es la corriente que sustenta la vida. Cuando nos sentimos pletóricos todo parece posible, la empresa más costosa es un reto asequible. Bajos de energía cualquier quehacer se vuelve cuesta arriba y los obstáculos insalvables. Las circunstancias sólo son una parte; cómo las vivimos depende de lo energéticos que nos sintamos. Algunos seres parecen privilegiados, con un contagioso entusiasmo y desbordante energía; otros, sin embargo, apenas pueden cargar consigo mismos... ¿Es un don aleatorio o depende de cada uno vivir de una u otra manera? En este artículo describiremos cómo cargarnos de energía y cuáles son los agujeros por donde la perdemos. 

La vitalidad se manifiesta en distintas áreas en el humano -cuerpo físico, mente, emociones, consciencia. En cada una existen comportamientos que nos proporcionan vitalidad junto a otros que nos desgastan. Toma conciencia de ello. 

En lo físico los puntos clave son la respiración, la alimentación y el ejercicio. 

La respiración constituye una de las fuentes de energía más importantes para el ser humano, más importante incluso que la comida. La función de la respiración es tanto energetizante, a través de la inspiración profunda, como limpiadora o desintoxicante, mediante la expiración. La palabra china Ki, referida a la respiración, significa aliento o energía vital además de aire, y la respiración correcta refuerza las reservas de esencia nutricional del cuerpo. Si no se le presta atención se produce de forma tan espontánea y natural como el latir de corazón; cuando es controlada, la respiración se vuelve tan voluntaria como el andar y puede utilizarse para regular todas las funciones vitales: el pulso cardiaco, la presión sanguínea, el metabolismo digestivo, la eyaculación, el sistema inmunitario, etc. Aprendiendo a controlar la respiración controlas el cuerpo y la mente, pudiendo eliminar la ansiedad y disminuir la tensión. 

La alimentación puede ser una fuente de energía o una forma de cargarnos de toxinas y enfermar. Es importante evitar cotidianamente alimentos que dejen residuos, produzcan pesadas digestiones y sobrecarguen el hígado. Existen infinidad de escuelas dietéticas, algunas contrapuestas, que defienden modelos alimenticios saludables. Cada uno debe acercarse a las teorías con espíritu investigador y probar, atentos a las reacciones de nuestro organismo, hasta dar con la dieta más apropiada. 

El ejercicio físico regular nos mantiene activos y flexibles; el exceso de sedentarismo hace cada vez más dificultoso el movimiento. La inercia de estar estáticos va produciendo cansancio crónico. Hay que encontrar el punto medio -tanto el exceso como la falta de ejercicio agotan-, colocarse en el punto de equilibrio: a cada periodo de actividad ha de seguirle un descanso -relajación- recuperador. La relajación no es echar una siesta, es una práctica específica que consiste en ir soltando las tensiones musculares y psíquicas. Existen varias das técnicas y talleres donde aprender esta útil práctica. 

Silenciar la mente 

En lo mental se alberga uno de los mayores agujeros por donde perdemos energía. Los pensamientos negativos, autolimitantes, la crítica, la queja, el pesimismo, la desconfianza, los temores nos bloquean y contraen, impidiendo el libre flujo de energía. Cualquier pensamiento es sólo una interpretación de la realidad, por tanto relativo; debemos ser prácticos y dejar de alimentar pensamientos que sólo producen daño y nos llenan de ruido la cabeza. Poca perspicacia y capacidad de actuación podemos conservar cuando la atención se gasta en sostener parásitos dañinos en nuestro interior. Como los cambios se realizan gesto a gesto, en cada momento, empecemos a tratarnos bien, dando espacio a los pensamientos que nos insuflan entusiasmo y abren el corazón en sustitución de los dañinos. 

La puerta está en ti 

La coherencia entre nuestro sistema de valores y lo que hacemos es necesaria para no cargar con el peso de hacer lo que no nos gusta y de negarnos a nosotros mismos. 

Asimismo, cumplir los compromisos -incluso los menos trascendentales- fortalece; si acostumbramos a no llevar a cabo nuestras decisiones nos debilitamos. Antaño la palabra dada era un valor sagrado, pues implicaba que quien la empeñaba tenía el poder de cumplirla. 

En síntesis, recupera la llave, la conciencia de que la energía que buscas está en ti. Evita depender de lo exterior para cambiar tu estado de ánimo; en vez de buscar al otro para que te contagie su alegría, entusiasmo, bienestar (su energía en suma) intenta entregar a los demás lo mejor de ti. Así descubrirás que abres la fuente, llenándote de lo que entregas (de lo que das te llenas), dando espacio para inundarte de esa energía que siempre está ahí; sólo faltaba disfrutar plenamente de ella. 

Fuentes de energía 

Tomar el sol moderadamente 
Tomar el brillo, la luz 
Los colores vivos 
El movimiento: andar, correr, danzar... 
Ejercicio físico regular 
La respiración correcta 
Las posturas correctas 
El masaje 
La relajación 
Técnicas energéticas: Yoga, Artes Marciales, danza, etc. 
La alimentación apropiada para cada uno 
Beber agua 
Dormir lo necesario para cada constitución, ni más ni menos 
Baños en el mar, ríos... 
Tumbarse en la tierra 
Caminar descalzo en el campo 
Abrazar un árbol 
La alegría, reirse 
Cantar 
La concentración: trabajos manuales, algo que nos deleite... 
Comenzar proyectos 
Hablar de lo mejor del ser humano 
Lecturas sobre el Ser 
La meditación 
Intentar poner bien a los demás 
Agradecer el don de estar vivo 


FUENTE: Jesús Mier, Psicólogo