jueves, 29 de septiembre de 2011

Cuatro formas de tolerancia...

La mayor fuerza de la humanidad no consiste en armas de fuego, puños, ni en un poderío militar, sino en la capacidad de tolerancia. Todo tipo de fuerza debe inclinarse delante de quien tolera.

Hay cuatro principios para la tolerancia:


1. No responder a las blasfemias

Cuando somos insultados, provocados o acusados injustamente debemos responder con el silencio. Si respondemos de la misma forma cuando somos víctimas de la blasfemia, nos igualamos con aquellos que nos insultan, rebajando nuestro nivel. Si nos mantenemos en silencio usándolo como arma contra las blasfemias, evocando la conciencia de quien las pronunció, esta fuerza es, naturalmente, mayor.


2. Mantenerse calmado frente a los infortunios

Cuando nos encontramos con personas que nos quieren incomodar derrumbar u oprimir, debemos enfrentarlas con calma, evitando cualquier confrontación. No responder con un puñetazo cuando se recibe uno, ni responder con un puntapié cuando se recibe otro, pues de esta confrontación nadie sale vencedor. Si la intención es buscar venganza de un odio momentáneo, no alcanzará el éxito de grandes hazañas.



3. Compasión frente a la envidia y el odio

Frente a la envidia y el odio de otros no debemos responder igualmente con odio y envidia, sino con corazón abierto y alma compasiva, ofrecer nuestra amistad y mostrarles nuestra intención pacífica, demostrando así, con educación, nuestra superioridad.


4. Gratitud frente a las difamaciones

Si alguien lo insulta y difama, no se enoje con quien lo provocó, sino acuérdese de los beneficios que esa persona le proporcionó en el pasado y sea agradecido por eso. Principalmente, no se olvide de que en el fango más inmundo crece la impecable flor de loto. Cuanto más oscuro es el lugar, mayor es la necesidad de mantener encendida la luz del alma. Por lo tanto, ante las difamaciones, aquellos que nos difaman deben ser influenciados con ética, compasión y misericordia; solamente así la superaremos, con moralidad y tolerancia.

El verdadero vencedor tiene la fuerza de la tolerancia y el coraje de asumirla frente a los insultos, opresiones y humillaciones. Y esa fuerza –la tolerancia– es ciertamente superior a cualquier tipo de armamento y es capaz de superar cualquier situación desagradable.

Maestro Hsing Yun


El Venerable Maestro Hsing Yun es el fundador de la orden budista Fo Kuang Shan y de su sede internacional en Kaoxiong, Taiwán. Nació en Jiangdu, en la provincia de Jiangsu, China, en 1927. A la edad de doce años se convirtió en un monje novicio con el  Maestro Chi Kai en Zhi Xia Shan, un monasterio en la montaña, en la provincia de Nanjing. Fue plenamente ordenado en el año 1941 y tuvo su entrenamiento monástico formal en la Escuela Vinaya Chi Xia y en el Colegio Budista Chiao-Shan.


Desde edad temprana él ha realizado el voto de revitalizar el Budismo humanitario. En 1949, China continental estaba envuelta en una guerra civil, por lo cual el  Maestro Hsing Yun dejó su tierra natal y fue hacia Taiwán. Durante cerca de medio siglo la fuerza de su voto le ha permitido comenzar una nueva era para el Budismo Humanitario. Su visión e incansables esfuerzos han influido en los estudios y prácticas de Budismo en Taiwán y en los cinco continentes.


Reconocido por sus intrépidos e innovadores métodos de propagación de las enseñanzas budistas para satisfacer las necesidades contemporáneas, el Maestro Hsing Yun ha establecido más de ciento setenta templos filiales en todo el mundo. Además ha fundado cuatro universidades públicas, dieciséis colegios budistas, veinte bibliotecas, dos casas editoriales, nueve galerías de arte, una clínica de salud móvil gratuita y una estación de televisión, como medios para llevar el Budismo a la gente.


Desde su retiro como abad de Fo Guang Shan, el  Maestro ha viajado a través de todo el mundo para propagar el Dharma. Él ha percibido la gran necesidad de Budismo de las personas de diversas clases sociales en el desafiante ambiente de hoy. Para satisfacer esas necesidades y para proporcionar a los fieles las oportunidades para que unan sus fuerzas en la propagación del Budismo humanitario, fundó la Asociación Internacional Luz de Buda (cuya sigla en inglés es BLIA) en Taiwan, en el año 1990. En 1992 fue inaugurado el Centro Mundial en USA. Desde entonces han sido establecidos más de cien centros internacionales.


A través de métodos modernos y sistemáticos, el  Maestro Hsing Yun ha propagado las semillas del Budismo humanitario en todo el mundo.


También te puede interesar : El Arte de la Felicidad cortesía de Carina  - entrenandoaikido -



2 comentarios:

  1. Muy bueno, gracias y quisiera agregar un párrafo de un libro que me encantó del Dalai Lama http://entrenandoaikido.blogspot.com/2008/07/el-arte-de-la-felicidad-un-prrafo.html

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  2. Este espacio estará siempre abierto a tus aportaciones...

    Gracias Carina. Te enlazo directamente desde el post.

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