El luchador veterano soporta los insultos; conoce la fuerza de su puño, la habilidad de sus golpes. Frente al oponente poco preparado, él apenas lo contempla, mostrando la fuerza de su mirada. Vence sin necesidad de que la lucha pase al plano físico.
A medida que el guerrero de la luz aprende con su maestro espiritual, la luz de la fe brilla cada vez más en sus ojos,... y ya no necesita probarle nada a nadie. Ya no importan los argumentos agresivos del adversario, que dicen que Dios es superstición, que los milagros son trucos, o que creer en ángeles es huir de la realidad.
Al igual que el luchador, el guerrero de la luz conoce su inmensa fuerza; y jamás lucha con quien no merece la honra del combate.
Había una vez un samurai que era de avanzada edad y era conocido como el mejor del pueblo.
ResponderEliminarUn día, se comentaba de la gran fuerza de un nuevo guerrero joven, quien había matado a muchos de los guerreros mas prestigiosos, y que iba a ir al pueblo para pelear con el gran maestro.
Este, al enterarse de la noticia, aceptó el duelo, porque había escuchado que el joven guerrero hacía enojar a los demás
guerreros, y cuando los guerreros se enojaban él era muy bueno para ver un simple error y ganar la pelea.
Cuando llegó el día, el guerrero comenzo a insultar al viejo samurai de todas maneras e idiomas, pero no lo hizo enojar, y se fue indignado.
El viejo samurai contestó, frente a la vacía pregunta de un alumno, porqué no había peleado; dijo: Si alguien viene con un regalo para ti, y tú no lo aceptas ¿de quien es el regalo?
El alumno contestó: sigue siendo tuyo, porque el otro no lo quizo.
Bueno, dijo el samurai, aplica esto a la actitud que tuvo el joven guerrero, y entenderas el porqué...
Saludos:)
Perfecto!! hoy en día hay muchos momentos donde practicar este ejercicio; en lo referente a las discusiones de tráfico suele ser uno de los primeros contextos en los que cuando vamos avanzando en nuestro Arte no sdamos cuenta de que "algo" está cambiando en nosotros...
ResponderEliminarGracias Carina !!!