martes, 11 de octubre de 2011

Tradiciones, respeto y anacronismos


No es extraño escuchar y participar en conversaciones con compañeros que giran en torno al respeto que, tanto los de menor como los de mayor grado, debemos mostrarnos y como estas muestras de respeto son interpretadas en nuestros ambientes (clases de aikido, sociedad occidental, sociedad española,….)

En dos trazos trataré de exponer lo que a mí me queda, en síntesis, de los puntos de partida de las conversaciones.

En ocasiones ese respeto puede llegar a ser interpretado por ambas partes como servilismo tanto sentido como exigido, ejemplo de ello es el profesor de primer dan que arroja su bolsa con los objetos de entrenamiento para que se la lleve uno de sus alumnos. Y otro ejemplo en el lado contrario de la balanza, el de un maestro de alto grado que se muestra sumiso y respetuoso con un maestro superior que igualmente le arroja su bolsa.

Esta actitud, no podemos negar, que en nuestra mentalidad nos parecería vanidosa y hasta despreciativa por un lado y servil, hasta humillante, por otro. Y sin embargo no creo que tenga que ver con las tradiciones y sí con la interpretación que individualmente le demos.

Actitudes más cercanas, como ceder el turno a un compañero de mayor grado, guiar en la práctica a un compañero de menor grado son fácilmente aceptadas y entendidas por nuestra parte. Más dificultades encontramos para admitir y no entender como servilismo, el ofrecernos a guardar las armas de entrenamiento al Maestro o a un compañero, doblar su hakama o llevar su bolsa (acciones que por otro lado no realizamos).

Por mucho que respetemos unas tradiciones, estas pueden chocar con nuestra cultura o parecernos anacrónicas y por tanto ser más difíciles de aceptar por nuestra parte. Mas esto no debe hacer que nos confundamos y las despreciemos en tanto en cuanto a nosotros nos puedan parecer exageradas.

Por otro lado no creo que defender las tradiciones se deba, exclusivamente, argumentar en base que son así y por tanto debemos aceptarlas sin más. En ese caso no volveríamos tan rígidos que chocaríamos constantemente y no podríamos practicar la unidad en las esferas cotidianas (Toko iku). Sólo adaptándonos al discurrir de los acontecimientos podremos defenderlas.

Aceptar los horarios de la vida occidental que nos fuerzan, en ocasiones, a llegar tarde a un entrenamiento, no forzar a que le lleven la bolsa o doblar su hakama.
, mirar hacia otro lado si no le devuelven un saludo, pues entiende que no es una falta de respeto, quedarse sin estirar porque ningún alumno se ofrece....  Son ejemplos diarios de una adaptación a nuestro medio de unas tradiciones que todos tenemos claro son definitivamente respetadas.

Paco Agüera (Izquierda)  - Lucio Álvarez(derecha)
Ki musubi no Tachi...

Es por todo ello por lo que opino que el valor de una tradición o una actitud no está en el hecho en sí, sino en cómo sea vivida por cada uno de nosotros independientemente del momento o el contexto en que surja. Si respetas la tradición y aceptas su existencia puedes llegar a entender que el maestro se arrodille y acepte de buen grado llevar la bolsa de su Maestro de grado superior.

Doblar el hakama al Maestro, ofrecer deferencia a un grado mayor, no creo que sean tradiciones, (entendidas como tal actitudes habituales en una cultura, que a fuerza de ser repetidas, sin formar parte de las leyes de un pueblo, se han interiorizado y formar parte de la misma), y por tanto no debemos excusarnos argumentando que estamos en la Europa del siglo XXI y no en el Japón de siglo XIII, sino que son muestras de respeto.

Y si nos dejamos guiar por el más experto, agradecemos el entrenamiento, ayudamos a estirar al Maestro, no estamos mostrando servilismo si no reconocimiento. De la misma manera que el Maestro no exige tajantemente su cumplimiento, no porque la no exigencia sea una muestra de respeto por su parte hacia sus alumnos, sino porque se adapta al momento.

Pero a pesar de todo lo expuesto, considero sinceramente que no debemos olvidar de donde venimos y nuestra propia cultura. Pues creo que si un maestro japonés de decimonono dan me tira el hakama para que se lo doble, hay más posibilidades que se doble solo a que lo haga yo. Sin embargo ¡amigo! si un maestro tejedor de esparto de Cieza me arroja la bota de vino y un trozo de queso con pan de pueblo…humildemente los cogeré, cortaré el pan y el queso y le cederé el primer tiento y el más grande bocado. (…o no)

SED FELICES    ( Paco Agüera )


Fuente: AFAMADRID - Tradiciones, respeto y anacronismos

2 comentarios:

  1. jajaja, yo tambié recogeria el vino, el pan y el queso, pero lo de la hakama si no conozco al 9Dan(prepotencia o chuleria) tampoco. Una de las buenas cosas que me está enseñando(porque me falta mucho por aprender) es la mente flexible, el aceptar casi todo, tratando en lo posible de ponerme en el lugar del otro, un concepto de tenkan que apareció en un comentario de una amiga en Aikiweb de Tohei Sensei o Maruyama Sensei, de mirar la técnica desde el punto de vista del atacante, un concepto que vale para casi todo.
    gracias!

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  2. Máximo grado de aplicación de la empatía llevada a ese nivel ¿no?

    Respecto a la bota , el pan y el queso.. me apunto también, y compartirlo contigo, con Paco (aikidoka, médico y auténtico güason...) jajaj.. buen rato pasaríamos , siii!!!

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